martes, 8 de junio de 2010

Un pequeño secreto para guardar en el corazón

El diálogo de los cuerpos siempre supone el diálogo de las almas.

Cuando el diálogo del cuerpo es la expresión del diálogo del alma, el matrimonio es feliz, la pareja es dichosa.

Muchas veces el diálogo del cuerpo reemplaza al diálogo del alma. Hay muchas veces donde el diálogo del cuerpo ya no es la expresión del diálogo interior. Y cuando esto pasa, la vida matrimonial tiene los días contados, porque no se sostiene con eso.

Preocupémonos por el diálogo interior y el del cuerpo se expresará solo. Si te preocupas del diálogo del cuerpo y no por el del alma, a la larga se empobrece también el del cuerpo.

[Transcripción de conferencia de Roberto Pérez]

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